“Colombia le apuesta al futuro: reactivará 2,4 GW en energías renovables”

En junio de 2025, Colombia anunció un plan estratégico para reactivar 20 proyectos de energía solar y eólica que suman 2.400 MW, fundamentales para su transición energética. Estas iniciativas habían enfrentado retrasos por trabas regulatorias, licencias ambientales y conflictos territoriales. El gobierno plantea medidas como agilizar permisos, mejorar la red eléctrica y fortalecer el diálogo con comunidades. Su puesta en marcha permitiría cubrir el 15 % de la demanda nacional con energía limpia y evitar la emisión de más de 1,5 millones de toneladas de CO₂ al año. El plan también generaría más de 10.000 empleos verdes. Colombia busca así recuperar liderazgo climático en la región.

Bogotá, junio de 2025.
El Ministerio de Minas y Energía de Colombia ha anunciado un plan urgente y estratégico para destrabar una cartera de 20 proyectos de energía solar y eólica que suman aproximadamente 2.400 megavatios (MW) de capacidad instalada. Estas iniciativas, clave para alcanzar los objetivos de descarbonización del país, han enfrentado demoras significativas por problemas regulatorios, retrasos en licencias ambientales, conflictos con comunidades y cuellos de botella en infraestructura eléctrica.

Una transición energética en riesgo

La cartera de 2,4 GW representa cerca del 60 % de la capacidad renovable que Colombia esperaba integrar entre 2023 y 2025. Sin embargo, múltiples obstáculos han impedido que estos proyectos entren en operación, lo que ha puesto en riesgo las metas climáticas y de cobertura eléctrica nacional.

Entre los proyectos bloqueados se encuentran parques eólicos en La Guajira y plantas solares en los departamentos de Cesar, Meta, Tolima y Valle del Cauca. La mayoría de estas iniciativas están a cargo de grandes desarrolladores nacionales e internacionales, incluyendo Ecopetrol, Celsia, Enel, AES Colombia y EDF Renewables.

Medidas para reactivar los proyectos

Según la ministra de Minas y Energía, Olga Lucía Ramírez, el plan contempla una serie de acciones prioritarias:

• Agilizar la entrega de licencias ambientales, en coordinación con la ANLA, mediante mesas técnicas conjuntas.
• Revisar y simplificar los trámites regulatorios en la CREG y UPME.
• Fortalecer la red de transmisión eléctrica, especialmente en La Guajira y el Caribe, donde muchos proyectos están listos pero sin capacidad de evacuación.
• Avanzar en la consulta previa con comunidades indígenas y afrodescendientes, garantizando derechos colectivos y acuerdos sostenibles.
• Diseñar incentivos financieros y fiscales para mantener la viabilidad económica de los proyectos ante la inflación de costos.

“Estamos comprometidos con una transición energética ordenada, segura y participativa. Destrabar esta cartera es fundamental para evitar una crisis energética y seguir avanzando hacia una matriz más limpia y resiliente”, afirmó la ministra.

Impacto esperado

Si se logra la entrada en operación de estos 2,4 GW en los próximos 18 meses, Colombia podría:

• Reducir más de 1,5 millones de toneladas de CO₂ al año, lo que representa un avance clave frente a sus compromisos del Acuerdo de París.
• Cubrir el 15 % de la demanda eléctrica nacional con fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER).
• Crear más de 10.000 empleos verdes, especialmente en zonas con alta vulnerabilidad económica.
• Reducir la presión sobre el sistema hidroeléctrico, cuya dependencia ha generado alertas por sequías recientes.

Contexto regional e internacional

Colombia se ha posicionado como líder regional en políticas climáticas y desarrollo sostenible. Sin embargo, la lentitud en el avance de los proyectos renovables ha generado críticas de organismos multilaterales y del sector privado. En abril, la Asociación de Energías Renovables (SER Colombia) advirtió que “la oportunidad histórica del país para transformar su matriz energética está en juego”.

En contraste, países como Chile y Brasil han avanzado rápidamente en la integración de energía renovable gracias a mejoras en planificación, flexibilidad normativa y construcción acelerada de redes.

Conclusión

El destrabe de los 2,4 GW en proyectos renovables representa no solo una necesidad energética, sino también una oportunidad económica, social y climática para Colombia. El éxito del plan dependerá de la coordinación entre instituciones, el respeto a los territorios y la voluntad de avanzar hacia una matriz energética moderna, inclusiva y sostenible.