Durante marzo y abril de 2025, Argentina se posicionó como protagonista en el mapa energético de América Latina al superar los 7.100 MW en capacidad instalada de energías renovables, fortaleciendo su liderazgo regional. A la par, Vaca Muerta registró un crecimiento significativo en producción de petróleo y gas, impulsando la autosuficiencia energética y las exportaciones. También se lanzaron nuevas licitaciones por más de 1.100 MW entre renovables y almacenamiento, con inversiones que superan los USD 4.500 millones. Estas cifras reflejan el compromiso del país con una matriz energética diversificada, moderna y sostenible. Argentina demuestra así que su transición energética ya está en marcha
Fecha:Friday 20 Jun de 2025
Gestor:ESCUELA ESGEP
Ciudad de Panamá / Buenos Aires / Bogotá / Lima / Ciudad de México — abril de 2025.
Durante los meses de marzo y abril de 2025, América Latina vivió un intenso dinamismo en el sector energético. Desde avances en energías renovables hasta inversiones en almacenamiento, reformas regulatorias y anuncios estratégicos en petróleo, gas y litio, los países de la región consolidaron su apuesta por una matriz más limpia, resiliente y competitiva.
Argentina superó los 7.100 MW instalados en energías renovables, consolidando su liderazgo en el Cono Sur, aunque aún le resta alcanzar el objetivo del 20 % de participación renovable en el consumo nacional. En paralelo, Vaca Muerta incrementó su producción en un 26 % (petróleo) y 16 % (gas seco), acercando al país a la autosuficiencia energética y reforzando las exportaciones de GNL. Además, se licitaron 620 MW adicionales en renovables y 500 MW en sistemas de almacenamiento, con más de USD 4.500 millones en inversiones esperadas hasta 2027.
Colombia anunció un plan para destrabar 2,4 GW de proyectos solares y eólicos, bloqueados por cuellos regulatorios y dificultades de infraestructura. La entrada en operación de estos proyectos permitiría cubrir el 15 % de la demanda eléctrica y reducir más de 1,5 millones de toneladas de CO₂. A su vez, la interconexión eléctrica con Panamá volvió a tomar impulso, lo que fortalecería la seguridad energética regional. Sin embargo, la alta dependencia de hidroeléctricas y la falta de capacidad de respaldo siguen siendo riesgos críticos.
Perú lanzó un proyecto de electrificación rural con sistemas fotovoltaicos que beneficiará a más de 55.000 hogares en zonas remotas, con una inversión de más de S/ 400 millones. Además, se anunció la construcción del primer complejo híbrido solar + baterías, con una capacidad de 403 MW, reflejando el avance del país en soluciones descentralizadas y resilientes. A pesar de estos logros, el sistema nacional enfrenta presión por el agotamiento de la sobreoferta eléctrica y la necesidad de nuevas inversiones en generación firme.
México anunció nuevas iniciativas para desarrollar almacenamiento energético y proyectos de hidrógeno verde, especialmente en el norte del país. La CFE (Comisión Federal de Electricidad) lanzó licitaciones para centrales híbridas solar-gas y la integración de baterías de hasta 100 MW. La meta de cubrir el 35 % de la generación con fuentes limpias para 2026 requiere acelerar obras y resolver la congestión de la red. Además, el país fortaleció su participación en foros regionales de transición energética y lidera una mesa técnica con Brasil y Colombia sobre hidrógeno.
Brasil mantiene su posición como potencia energética de la región, con avances regulatorios para habilitar proyectos eólicos marinos por más de 170 GW. El país también avanzó en subastas de expansión y modernización de redes, incluyendo digitalización y smart grids. Petrobras anunció inversiones en bioenergía, especialmente en el desarrollo de etanol de segunda generación y captura de carbono (CCUS).
Marzo y abril de 2025 marcaron un momento clave para la reconfiguración del mapa energético de América Latina. A pesar de retos comunes —como retrasos regulatorios, financiamiento, conflictos territoriales y clima extremo— los países de la región muestran señales claras de compromiso con una transición energética justa, sostenible e innovadora. El reto ahora es traducir planes en resultados medibles, con marcos normativos claros, inversión estable y participación activa de las comunidades.